Edwin Herrera
El caso de los narcovínculos de la cúpula del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) sacudió a Bolivia en 1994 y fue la causa de la caída de uno de los líderes políticos más importantes de la segunda mitad del siglo XX: Jaime Paz Zamora, presidente entre 1989 y 1993.
Por ese entonces era redactor del área política del periódico La Razón, el diario más influyente. Estallado el escándalo, en junio de 1994, parlamentarios miristas me dieron el dato de que Jaime Paz y el Comité Ejecutivo Nacional del MIR habían decidido la renuncia del líder izquierdista a la política mediante un video que sería difundido a nivel nacional.
“En periodismo, si tu madre te dice que te quiere, tienes que comprobarlo”, era de una de las máximas de experimentados periodistas bolivianos y extranjeros y en La Razón aprendimos a cruzar la información con fuentes creíbles y confiables, así sean anónimas. Era un tema caliente, en una coyuntura de crisis partidaria, y debía aplicarse esa lección.
Antes de que la información adquiriera calidad de rumor consulté en reserva y a la mayor rapidez posible a diputados, senadores y dirigentes del MIR para saber más detalles del histórico anuncio que realizaría el político acusado de haber mantenido vínculos con Isaac “Oso” Chavarría y otros presuntos narcos durante su gobierno.
No había teléfonos celulares. Recorrí las oficinas congresales y del partido político para cruzar y confirmar la información. Felizmente, los consultados ratificaron lo que tenía anotado en mi libreta de apuntes y me dieron otros datos de lo que ocurriría en las siguientes horas.
Llegué a La Razón al finalizar la tarde y, siguiendo los manuales del buen periodismo, mi editora y mi jefe de Redacción hicieron las pruebas de rigor. Me preguntaron todo para asegurarse de que la información que tenían en las manos era incontrastable. Se cercioraron de que la veracidad de los datos proporcionados off the récord.
El tema salió en la portada del día siguiente. En la mañana, el encargado de prensa del MIR anunció que en breve los canales de televisión emitirían un video de Jaime Paz Zamora anunciando su retiro de la política activa. Así ocurrió.
Jaime Paz, en política nunca más. Ése fue el titular de la portada a seis columnas y con una foto del líder mirista delgado y con gesto de preocupación. “Fueron errores, no delitos”, dijo para justificar los narcovínculos que hundieron su liderazgo y afectaron a una generación de políticos que durante décadas lucharon por la recuperación de la democracia.