Surgimiento de la Televisión

Surgimiento de la Televisión

A fines de la década de los años cincuenta, Bolivia y Paraguay eran los únicos países en Latinoamérica que no contaban con el servicio de televisión. En Bolivia los trabajadores en radiodifusión organizaron la Primera Conferencia de Locutores y Operadores de Radio en la ciudad de Cochabamba y dieron origen al Sindicato de Trabajadores de Radio y Televisión (Sitratev), que después cambiará a Federación Sindical de Trabajadores en Radio y Televisión (Festratev).

En 1959 lleva a cabo el primer Congreso de Radio y Televisión del cual Mario Castro resulta su primer presidente. El Congreso, del que participaron invitados de Colombia, México y Perú, constituyó otro de los intentos por concebir la televisión en Bolivia. Terminado el Congreso, la delegación mexicana en una entrevista con el entonces presidente Víctor Paz Estenssoro, le propuso realizar gestiones para la instalación de una red televisiva en Bolivia.

De acuerdo a las versiones, Paz Estenssoro agradeció la iniciativa, pero señaló que no quiere ver ciudades y campamentos mineros plagados de antenas con una población que prefiera comprar un televisor y luego no tenga para comprarse un pan. Con estos argumentos el mandatario pospuso la posibilidad de instalar una red televisiva hasta que se den las condiciones.

Meses después, un representante de Festratev viajó a México para gestionar la visita a Bolivia del principal ejecutivo de Televisa, la multinacional mexicana de medios de comunicación, y se estudie la posibilidad de instalar un canal televisivo. No hubo resultados favorables.

Los primeros días de 1965, en la ciudad de La Paz, se realiza la primera transmisión oficial en la que el general René Barrientos Ortuño habla ante un público que lo ve a través de una pantalla chica, mediante un circuito cerrado instalado entre las calles Mercado, Potosí, Yanacocha, Ayacucho y Socabaya, propiedad de Hugo Agustín Aspiazu, propietario de Radio Aspiazu.

Aspiazu en repetidas oportunidades había solicitado a las autoridades en el gobierno del MNR, sin éxito, que le otorguen una licencia de funcionamiento para un canal televisivo que llevaría el nombre Compañía Boliviana de Televisión. Logró alguna posibilidad de parte del presidente Barrientos, sin embargo, el proyecto nunca se concretó y vendió sus equipos que fueron a implementar la televisión del Paraguay.

Los propietarios de Radio Altiplano, la familia Carrasco, se interesó también en un proyecto televisivo y experimentó con un circuito cerrado de televisión en La Paz, desde su tienda distribuidora de artefactos radioeléctricos “Punto Azul”.

Raúl Salmón de la Barra, apenas llegado del Perú donde hizo radio y televisión, fue el director artístico del proyecto. Instalaron dos monitores en la puerta del matutino El Diario, otros dos en la puerta de Radio Altiplano, en la avenida Camacho, desde donde se colocaron dos cámaras para transmitir shows artísticos. El rango de cobertura del circuito fue de dos cuadras a la redonda.

En agosto de 1967 la población de Camiri pudo observar en pantallas de televisión colocadas en diferentes puntos de la ciudad, el proceso militar en contra de Jules Regis Debray y a otras cinco personas acusadas por delito de terrorismo guerrillero. La transmisión se realizó mediante la instalación de un circuito cerrado desde una pequeña sala de la Biblioteca Sindical Petrolera.

Otro intento de instalar la televisión en Bolivia fue la presentación que realizó, en circuito cerrado, el presidente de la Toko Shibaura Electric Company Limitada Toshiba, Chozo Tamura, que llegó el 30 de agosto de 1967 a Cochabamba para participar en la Feria Exposición.

Almacenes Arteaga, distribuidora de productos Phillips, desde sus instalaciones en el pasaje Kuljis, de La Paz, lanzó sus primeras pruebas en circuito cerrado con noches de gala en las que presentaban a artistas del momento como forma de promocionar los discos que la empresa produce. Allí se inician en la televisión muchos locutores radiales que por afición amenizaban las cortas noches de shows musicales.

Entre 1967 y 1968 la empresa Phillips Boliviana S.A. organiza un sistema de circuito cerrado mostrando a personajes que comparten experiencias domésticas. Después, mediante el mismo circuito, organiza una competencia musical a nivel nacional mediante las ondas de Radio Méndez. Hace una gira nacional con varios artistas que al interpretar sus canciones son mostrados al público en pantallas.