Revolución del 52: nuevo orden para la prensa

Revolución del 52: nuevo orden para la prensa

El 9 de abril de 1952 marcó una radical transformación en la historia de Bolivia. Con la caída de la Junta Militar presidida por el general Hugo Ballivián, había triunfado la revolución a la cabeza del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Era el inicio del gobierno movimientista que, a lo largo de 12 años en el poder, asumió medidas decisivas para el país como la nacionalización de las minas, la reforma agraria o el voto universal. Eran tiempos de cambio que también implantaron un nuevo orden en la prensa boliviana.

El triunfo de la Revolución significó la muerte de algunos periódicos, como La Razón y el nacimiento de otros, como Presencia; mientras los demás medios se adaptaban al nuevo orden. Con el nacimiento de la Central Obrera Boliviana (COB), el 17 de abril, se fundó el Sindicato de Trabajadores de la Prensa de La Paz.

En su editorial del 12 de abril de 1952, titulado “Ante una nueva esperanza”, El Diario sostenía: “Toda revolución es un fenómeno que lleva en sí una secuela de consecuencias presentes y futuras. En la vida política de los pueblos se han ensayado numerosas y cuál más sabias fórmulas, sistemas de gobierno y de convivencia social. Todos los sistemas, fórmulas gubernamentales tienen la noble finalidad de procurar el bienestar de la Patria, sean extremos totalitarios o democráticos. Estos son en esencia simples instrumentos o medios de gobierno. Lo que importa es la práctica y el fondo de virtud humana que se pone en ejecución del gobierno de los pueblos. La revolución es, pues, en consecuencia, el clamor del pueblo en protesta contra las orgías gubernamentales y en el olvido o mala realización de principios y promesas que fueron proclamados al perseguir el poder”.

Pero había distancias insalvables. La Razón había abanderado los intereses mineros durante décadas y con la Revolución ya no tenía futuro. Eduardo Ocampo Moscoso, en su Historia del Periodismo Boliviano, cuenta así el cierre de este periódico, el más solvente de su época, después de la Revolución del 9 de abril:

“Los representantes de la empresa obtuvieron la autorización del mandatario interino Siles Zuazo para retirar los candados que impedían el acceso a las oficinas y talleres. Alentados por esa determinación, el director Guillermo Céspedes Rivera, redactores y operarios se hicieron presentes en el edificio de La Razón para reanudar sus labores cotidianas. Empero, ese jueves 17 de abril, en horas de la tarde, circuló insistentemente el rumor de que estaba en ciernes el riesgo de una poblaba contra el diario, como efecto de la animadversión predominante en el ánimo de muchos milicianos del MNR por las campañas desencadenadas en este órgano de opinión contra el partido en esos momentos triunfante. Es así que, poco después, paisanos armados descendieron de tres camiones, ocuparon las dependencias del vocero de la firma Aramayo, y ordenaron el retiro de los operarios”.

Meses después, el 9 de noviembre de 1953, también sería cerrado el periódico Los Tiempos de la ciudad de  Cochabamba, tras el ataque y saqueo de sus instalaciones. En el poder, el MNR reemplazó La Gaceta, que había sido el vocero oficial del partido, por el periódico La Nación. Mientras tanto, se consolidaba la influencia de Presencia, seminario que apareció dos semanas antes de la Revolución del 9 de abril, con el apoyo de la iglesia Católica.

Con el nacimiento de la Central Obrera Boliviana (COB), el 17 de abril de 1952, se fundó el Sindicato de Trabajadores de la Prensa de La Paz.