La radio en las dictaduras
Las radios mineras comunitarias fueron las principales víctimas de la represión durante las dictaduras militares. Cuando las autoridades intervenían las emisoras para acallarlas, perseguían, encarcelaban e incluso asesinaban a los comunicadores.
Las radios mineras mantenían una autonomía al ser concebidas, financiadas y equipadas con recursos de los propios trabajadores, quienes también dirigían los aspectos técnicos y administrativos y aprendían a elaborar los contenidos y producir los programas. Gracias a esto, las emisoras mineras tuvieron una influencia política y social importante en Bolivia.
Las radios mineras son testigos y sobrevivientes de esta represión. Quedan en la memoria las secuelas del golpe del general Barrientos en 1964 y la masacre de la noche de San Juan de 1967, el golpe militar de Banzer (1971-1978) y la dictadura de Luis García Meza (1980), con muchas víctimas fatales.
Los gobiernos actuaban con metrallas, aviones e infantería para acallar a las radios de las minas por su discurso liberador, querían tomar el control de los mineros a como diera lugar.
En 1975, cuando las radios fueron destrozadas por el régimen del dictador Hugo Banzer, la radio Pío XII y los trabajadores mineros resistían a las dictaduras militares.
Otras radios que sufrieron la arremetida de los gobiernos autoritarios y dictatoriales fueron por ejemplo la radioemisora Chichas, que dejó de funcionar debido a que sus equipos de transmisión fueron incautados, destrozados y desmantelados.
En 1976, en una segunda intervención, los militares destruyeron los equipos y tomaron Radio Nacional de Huanuni, imponiendo un personal para que controle la información a difundir.
Una bomba lanzada desde un avión de la Fuerza Aérea destruyó el trasmisor de radio Vanguardia de Colquiri. Radio Fides cortó imprevistamente sus transmisiones por una explosión en su planta transmisora. Varias emisoras sindicales fueron ametralladas y clausuradas por los militares y sus trabajadores fueron expulsados del país.
Entre otras radios contestatarias que fueron atacadas por los regímenes autoritarios tenemos a radio Altiplano y radio Erbol.
La radio Continental, de los fabriles, también fue vigilada y reprimida. Entre las décadas de los 60 a los 80 las fuerzas militares cerraron la emisora, destruyeron los equipos y secuestraron documentación, mermando con ello sus archivos y afectando su memoria institucional.