La prensa víctima de las dictaduras militares

La prensa víctima de las dictaduras militares

Los más cruentos regímenes militares de Bolivia se estrellaron con saña contra la prensa. En las dictaduras de Hugo Banzer (1971-1977) y Luis García Meza (1980-1981) hubo asesinatos de periodistas, cierre de medios, exilio, persecución y censura. A la altura de las circunstancias, los periodistas defendieron, a riesgo de sus vidas, su labor de informar.

“El 21 de agosto de 1971 es una fecha nefasta para el periodismo boliviano. Ese día, el coronel Hugo Banzer encabezó un golpe de Estado que ensangrentó al país, conculcó las libertades democráticas y cayó como una afilada guillotina sobre el ‘ímpetu libertario’ de los cronistas de la época. Su régimen persiguió, encarceló y exilió a más de cien periodistas que cometieron un ´delito’: pensar diferente”, escribe Miguel Pinto Parabá en el artículo Banzer, el verdugo de los periodistas.

Durante el régimen banzerista el ataque a los periodistas fue sistemático. A las intervenciones a medios se sumaban redadas contra los periodistas sindicalizados. El amedrentamiento fue constante y motivo un pronunciamiento de  la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en el que manifestaba “su preocupación por la persecución de periodistas” y la clausura de varios medios.

La situación empeoró el 17 de julio de 1880, con el golpe del general Luis García Meza que durante un año sumió al país en un régimen de terror y persecución. Se le atribuyen decenas de asesinatos, entre ellos los de Marcelo Quiroga Santa Cruz, Carlos Flores Bedregal y Luis Espinal, director del semanario Aquí que había denunciado valientemente los crímenes dictatoriales de Banzer y Natusch Busch (1-18 noviembre 1979) antes de ser torturado hasta la muerte.

“La oscuridad llegó también a los medios de comunicación: cinco diarios interrumpieron sus ediciones por al menos cuatro días y todas las radios fueron acalladas mientras duró la asonada, en tanto la junta militar del ‘Gobierno de Reconstrucción Nacional’, como se autoproclamó García Meza, imponía la censura y la presión’”, sostiene Nelson Peredo en el artículo La prensa también anduvo con el “testamento bajo el brazo” en el golpe de 1980.

“Parte de la estrategia fundamental de los golpista fue el control de los medios. Los diarios Hoy, Presencia, El Diario y Última Hora interrumpieron sus ediciones desde el día del golpe hasta el 22 de julio. La edición de Los Tiempos también volvió tras cuatro días de silencio. En su edición del 23 de julio, Los Tiempos reportó que 20 periodistas habían sido detenidos el día del golpe y liberados paulatinamente, pero tres reporteros continuaban en esa situación una semana después”, añade.

La persecución y el exilio de periodistas caracterizaron al régimen. “Si está a siete metros bajo tierra, que se meta bajo cien, porque lo vamos a matar”, era una de las amenazas comunes a los periodistas “fichados”.

Muchos de los que se fueron volvieron al país en 1982, cuando volvió finalmente la democracia al país y Hernán Siles juró como presidente electo. Queda el testimonio de periodistas valientes que desde la trinchera de la verdad resistieron a los dictadores.