Surgimiento de la radio en Bolivia
El primer ejercicio de emisiones radiofónicas en Bolivia se remonta a 1897 con el experimento sobre la propagación de ondas radioeléctricas realizadas por los sacerdotes jesuitas José Clerc y Francisco Cerro. En 1912, Cerro junto al jesuita Pierre Descottes, alcanzaron con sus señales la distancia de 32 kilómetros, entre el Colegio San Calixto, en el centro de la ciudad de La Paz, y la población de Viacha.
Estos antecedentes, de los que según las investigaciones no queda mayor evidencia, podrían ser considerados el origen de lo que acontecerá de modo efectivo cerca de dos décadas después, cuando en Bolivia aparece de modo oficial las emisiones de dos estaciones de radio que fueron dirigidas a la escucha pública, aunque con un número limitado de receptores.
En agosto de 1920, en Buenos Aires, Argentina, se realizó la primera radioemisión de la región, y el resto de América Latina no tardó en inaugurar sus propias radioemisoras: México en 1921, Uruguay, Brasil y Chile en 1922, Colombia en 1923, Paraguay en 1924, Perú y Ecuador en 1925, Venezuela en 1926.
En Bolivia, la primera en salir oficialmente al aire, con contenidos similares a las actuales radioemisoras —música, noticias, mensajes y publicidad— fue Radio Nacional, propiedad de los hermanos Enrique y Rodolfo Costas. El 2 de marzo de 1929 marcó el inicio del Broadcasting en el país. El periódico paceño El Diario, tituló: “Hoy se inaugura solemnemente el primer broadcasting boliviano. El presidente de la República (Hernando Siles Reyes) hablará al país por medio del micrófono de El Alto”.
Para la escucha de estas emisiones, programadas para las 17.30, se instalaron altoparlantes en espacios de concentración pública. Un antecedente a este hecho fue Radio Chuquisaca que salió al aire el 29 de septiembre de 1928, en la ciudad de Sucre, resultado de la iniciativa e ingenio de José Camacho Balcázar.
La presencia del medio radiofónico en Bolivia, que adoptó el modelo comercial introducido mundialmente por las primeras estaciones de la época, no distó mucho de la tecnología aplicada en otros países de Latinoamérica. Mostró desde entonces una prolongada, variada y sólida experiencia de uso de formatos, así como de objetivos que transitan lo informativo, educativo, evangelizador, movilizador político y de entretenimiento musical, y paulatinamente en lenguas nativas.