Cirilo Barragán, periodista fusilado
El 10 de mayo 1865, el régimen de Mariano Melgarejo (1864-1871) ejecutó al periodista Cirilo Barragán, director del periódico El Juicio Público, a raíz de artículos que atacaban a la dictadura. En honor al primer “mártir” del oficio, en 1938, el presidente Germán Busch Becerra instituyó el 10 de mayo como el Día del Periodista Boliviano.
Cirilo Barragán, abogado de profesión, fundó El Juicio Público junto a sus hermanos Alejandro y Román un mes después de las “Matanzas de Yañez”. Este trágico episodio histórico se registró la noche del 23 de octubre de 1861, durante el gobierno de José María Achá, cuando más de 70 personas fueron asesinadas por el ejército, al mando del comandante Plácido Yáñez, en la plaza Loreto (actual plaza Murillo) con el argumento de un supuesto intento de golpe de partidarios de Belzu.
“El Juicio Público aparece a los 37 días de las matanzas y a los seis de la muerte del coronel Yáñez, con la declarada misión de contribuir al esclarecimiento de esos trágicos sucesos, cometido que logra a plenitud. Establece sus oscuros trasfondos políticos, circunstancias y vesania con que se las lleva a cabo, individualiza a varios de los autores materiales y sus grados de responsabilidad; en suma, desbarata la versión oficial al respecto: No hubo revolución ni combates, ni más muertos que las indefensas víctimas del Loreto”, sostiene Ángel Tórres en su libro Contexto Histórico del Periodismo Boliviano.
Tras la caída de Achá por el golpe de Melgarejo, Barragán denunció desde El Juicio Público al colonialismo y a la oligarquía de la época que sustentaban la nueva dictadura. Declarado enemigo del régimen, fue perseguido, apresado y fusilado públicamente sin proceso judicial de por medio.
Carlos Montenegro en su famosa obra Nacionalismo y Coloniaje sostiene: “El periodista Cirilo Barragán, fusilado entre los cabecillas de la revolución paceña de 1865, es el primer mártir de la prensa política boliviana en la historia de la República… Raro, aun cuando no inexplicable, resulta el silencio póstumo que ha envuelto inclusive su último gesto -único en la memoria de la imprenta boliviana-, dándose a la muerte en holocausto de la libertad del pensamiento escrito”. Barragán -prosigue Montenegro- “fue animoso, adversario de la hegemonía de castas y falseamiento cultural extranjerizante. A este antecedente hay que endosar la evanescencia que va desfigurando su recuerdo. Fusilado por el despotismo, fue sepultado en el olvido por las conveniencias partidistas”.
Cabe recalcar que los historiadores no han podido precisar la fecha del fusilamiento de Barragán, aunque Gabriel René Moreno y Gerardo Irusta consideran su ejecución ocurrió en marzo de 1865.
Cirilo Barragán se convirtió en el símbolo de la labor del periodismo y la defensa permanente de la libertad. En su honor, el 10 de mayo de 1938 el presidente Germán Busch promulgó el Decreto Ley N° 10/05/38 que reivindica los derechos sociales a los trabajadores del sector y de crear la Caja Nacional de Jubilaciones, Pensiones y Montepíos de Periodistas.